Esta Semana —   

Mi papás son artistas plásticos, por lo que vivíamos de gira mientras mi papá Jacobo Borges, exhibía sus obras por todo el mundo. En algún momento, estando en NYC, un vecino le sugirió a mi mamá que probáramos con un violín, ya se me notaba oído musical y los violines son relativamente fáciles de cargar para arriba y para abajo. Así comenzó mi relación de amor y odio con el violín—puede producir el sonido más hermoso que hayas escuchado, pero si no le das cariño y la práctica necesaria, se convierte en un viejo amargado y gritón.

De Qué Va — 

Acompáñame a conocer a uno de los compositores de violín más prolíficos de la historia: el gran JEFE de las cuerdas Antonio Vivaldi. Un virtuoso violinista que con su melena roja se metió a Venecia en un bolsillo en los 1700s, mientras componía un asombroso repertorio musical de más de 800 piezas. Su obra maestra es Las Cuatro Estaciones (no te confundas con el hotel, ese no jaja) pero sus composiciones van mucho más allá. Así que prepárense para un playlist animado, burbujeante (promoción válida para todo tipo de burbujas jaja), e inspirador.

Nómbralo y Gózalo — 

Un truco importante que seguimos usando y nos llevará a disfrutar la infancia musical de nuestros duendes, es que siempre recordemos como se llaman los compositores, los instrumentos, o lo que más resalte para ti de cada canción o playlist. A los niños les gusta ser dueños del poder y saber como se llama lo que quieren oír, les da ese poder. Así, en lugar de decir: “vamos a escuchar música de mami/papi,” digamos “este es Vivaldi,” o “esto es un violín.” 

Con repetición ellos se acostumbran a recordar ese detalle en la música y a identificar las canciones, así sienten que les pertenecen y piden más. Esto lo puedes hacer con cualquier tipo de música que escuchen en casa.

¡Música Duendes!

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